El "employer branding" es el proceso mediante el cual una empresa desarrolla y mantiene una imagen atractiva como empleador. Este concepto se centra en la gestión de la percepción que tienen los empleados actuales y potenciales, así como otras partes interesadas, sobre la compañía como un lugar de trabajo deseable. La idea es que, al proyectar una imagen positiva, la empresa puede atraer y retener talento de alta calidad.
Aquí están los elementos clave del employer branding:
Propuesta de Valor del Empleado (PVE): Es fundamental definir qué hace única a la empresa como lugar de trabajo. Esto puede incluir salarios competitivos, beneficios, oportunidades de desarrollo profesional, cultura corporativa y condiciones de trabajo. La PVE debe reflejar lo que los empleados valoran más y diferenciar a la empresa de sus competidores.
Comunicación interna y externa: La manera en la que la empresa comunica sus valores, cultura y oportunidades, tanto internamente a los empleados como externamente al mercado laboral, es esencial para construir una marca de empleador fuerte. Esto incluye todo, desde el contenido en las redes sociales y el sitio web de la empresa hasta las interacciones durante el proceso de reclutamiento.
Experiencia del empleado: La experiencia diaria de los empleados en su lugar de trabajo impacta directamente en la percepción de la marca del empleador. Un ambiente de trabajo positivo, políticas justas y transparentes, y una buena gestión contribuyen a una experiencia positiva que los empleados estarán dispuestos a compartir.
Estrategias de reclutamiento: Las tácticas de reclutamiento que utiliza una empresa también reflejan su marca de empleador. Esto incluye no solo la manera en la que se anuncian las vacantes y se conducen las entrevistas, sino también cómo se trata a los candidatos durante todo el proceso de selección.
Retroalimentación y adaptación: El employer branding es un proceso dinámico. Las empresas necesitan recoger y analizar feedback tanto de empleados actuales como de ex empleados y candidatos para entender cómo se percibe su marca y qué áreas necesitan mejoras.
El objetivo último del employer branding es que la empresa se convierta en un "empleador de elección", lo cual no solo mejora la calidad de los nuevos contratos sino que también incrementa la retención de los empleados actuales, promoviendo un entorno laboral más estable y productivo.
